ENAMORAMIENTO Y AMOR
“Estar
enamorado es, descubrir lo bello que es la vida.
Estar
enamorado es, confundir la noche con los días.
Estar
enamorado es, caminar con alas por el mundo.
Estar
enamorado es, vivir con el corazón desnudo.
Estar
enamorado es, ignorar el tiempo y su medida.
Estar
enamorado es, contemplar la vida desde arriba.
Estar
enamorado es, divisar la estrella más pequeña.
Estar
enamorado es, olvidar la muerte y la tristeza.
Estar
enamorado es, ver el mar con árboles y rosas.
Estar
enamorado es, escuchar tu voz en otra boca.
Estar
enamorado es, respirar el aire más profundo.
Estar
enamorado es, confundir lo mío con lo tuyo”.
Esta
estrofa de la canción interpretada por el cantante español Raphael, ¿nos
servirá para poder distinguir entre enamoramiento y estar enamorado?
Diversos
estudios sobre las relaciones de pareja nos dicen que el enamoramiento y el estar enamorado no es lo mismo. Son dos
etapas distintas, con sensaciones propias y diferentes. El enamoramiento se
da al principio de la relación y se distingue por un cambio muy marcado en la
conducta.
El
enamoramiento y sus conductas
-
Podemos estar horas y horas pensando en la otra persona. Estamos como “hipnotizados”.
-
Queremos estar juntos el mayor tiempo posible, y hasta nos olvidamos de
nuestros deberes y responsabilidades, incluido los estudios, la familia, el
descanso…
-
Estamos muy pendientes de lo que el otro necesita, para agradarle en todo,
por miedo a perderle. Coartamos nuestra libertad, y en vez de mostrarnos como
somos, nos mostramos como al otro le gusta que seamos.
-
Nos interesa mucho conocer a la otra persona y queremos que nos conozca, y le damos una super-importancia
a los sentimientos. Todo lo decidimos
en base a lo que sentimos, en vez de hacerlo en base a lo que es bueno, a lo
que nos ayuda, a lo que nos conviene y a lo que es lo mejor para nosotros en
ese momento.
-
Incluso podemos llegar a idealizar la relación o directamente a la persona,
ya que ella es quien nos gustaría ver como complemento perfecto a nuestras
propias necesidades. Perdemos la “objetividad” sobre el otro.
-
Aparece una gran atracción sexual y se tienen sentimientos positivos y
gratificantes. En esta etapa las hormonas se alocan, se excitan para que esta
sensación de urgencia obligue al encuentro apasionado, a las relaciones sexuales, al erotismo. Se nos
caen la bombacha y el bóxer con una facilidad espantosa.
El
amor comienza realmente cuando termina el enamoramiento
A
medida que avanza la relación, poco a poco cada uno se va despojando de las
capas que lo cubren para mostrarse tal como en realidad es (al menos así debe
ser, para que la relación sea auténtica y no “un fraude amoroso”). Es en esta
etapa cuando se define la dirección que tomará la relación, es decir, si
termina o si continua para abrirse paso a la experiencia de sentirse
enamorado.
Para
pasar del enamoramiento al amor verdadero es necesario:
-
Tiempo y disposición para conocer a la otra persona. Hablar mucho y con
sinceridad. “Abrir más la boca y cerrar más las piernas (literalmente)”.
-
Reconocer y aceptar los defectos del ser amado, ver sus fallos y carencias y
ayudarle, en la medida de lo posible, a superarlas. He dicho ayudarle, no
cubrir sus carencias. Nadie inicia una relación para hacer feliz a otro. Él y
ella, deben ser felices antes de comenzar la relación. Si uno de los dos no
lo es, es un error por parte del otro asumir la responsabilidad de hacerlo
feliz. Eso es imposible y esa relación está abocada al fracaso.
-
Cada uno debe ser capaz de descubrir los defectos del otro, aceptarlos y, si
cree que puede convivir con esa persona tal y como es, tomar la decisión de
amarla.
-
Ver lo bueno y lo malo de la relación con la mayor objetividad posible. Si
una relación es TÓXICA, hay que cortar cuanto antes.
-
Ser realistas. Ahora la fantasía e idealización quedaron atrás. O acepto al
otro tal cual es, o estaré construyendo la relación sobre cimientos falsos. Antes o después me arrepentiré.
-
Ver la relación como una unión completa y perdurable. Para que eso se dé, hay
que “trabajar” la relación. Nada es gratis en esta vida. Y más del 90% de los
divorcios y separaciones se llevan a cabo sin haber hecho lo que había que
hacer para poder seguir juntos y ser felices.
-
Tener conciencia cierta de lo que somos y de lo que podemos construir juntos.
Cuidado con los autoengaños.
-
Compartir, dar y recibir. Una relación donde uno solo da, y el otro solo
recibe, es una relación enfermiza. Debe haber reciprocidad en la relación: El
verdadero amor no es sólo de uno.
-
Compartir intereses, ideales, sueños y un proyecto de pareja y matrimonio.
Para
terminar, señalar que el enamoramiento tiende a desubicarnos; nos lleva
muchas veces a tener actitudes algo irracionales que pueden tener serias
consecuencias. Por eso la importancia de ser personas que realmente nos
conocemos, aceptamos y queremos. Si es así, esta etapa no tiene porqué
desequilibrarnos; al contrario, nos acercará más a nuestro propio centro, a
la autenticidad personal y nos prepara para vivir plenamente la siguiente
etapa.
El
enamoramiento y el estar enamorado tienen cada uno su momento. No debemos
confundirlos y, menos, tomar decisiones precipitadas (especialmente durante
los dos primeros años de la relación) si aún no identifican sus diferencias;
tómense su tiempo, vívanlo y cuando estén listos(as) para el amor verdadero,
ese que se distingue por ser fuerte y perdurable, no lo dejen ir y recíbanlo
con todo el alma y el corazón.
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