ENTREVISTA
Ramón Torres, "el Gurú del amor":
“Nadie nos enseña a amar”
Es
psicólogo y máster en psicología clínica de Paraguay, dicta charlas sobre
parejas en distintos países y es columnistas de los diarios latinos más
importantes. Publicó su libro “El amor,
así de simple, así de complicado”. Tiene más de tres millones de seguidores
y se convirtió en el “gurú” del amor del momento.
En una charla exclusiva con PRIMERA EDICIÓN,
Torres comentó eso tan maravilloso, fugaz, eterno, pero complicado que es el
amor. Como si fuese una charla de diván, el profesional explicó que “en la vida nadie nos enseña a amar, no
es un aprendizaje que podamos tener como en la escuela, donde los maestros
explican matemática, lengua o geografía. A esto se suma lo que ocurre en muchos
hogares. En casa, nuestros padres
tampoco tuvieron la información o valentía de hablarnos, porque ellos
también tenían problemas para sobrevivir como pareja. Otros se divorciaron y menos le hablaron a sus hijos sobre amor.
Esta realidad golpea a los más pequeños que nunca vieron a sus padres besarse, abrazarse mutuamente o teniendo
alguna muestra de cariño. Ellos creen que el amor es así y sufren mucho”
opinó el psicólogo.
Con respecto a lo que significa el amor en la vida
de las personas, Torres describió: “El
amor es la fuerza más poderosa del universo, es el vínculo perfecto entre los
seres humanos. Es el mecanismo para hacer feliz a otra persona”.
Pero este noble sentimiento se puede contaminar por
otros factores. “Se vuelve tóxico cuando
creemos que el amor es el que vemos en las novelas o creemos que por ese amor hay que aceptar que me
lastimen, humillen, maltraten y engañen. Una relación donde haya maltrato psicológico, económico, sexual o
físico, esa es una relación tóxica y a veces uno no sabe cómo salir, porque
en realidad nadie nos enseña a amar”, aseguró.
En sus charlas, Ramón Torres quiere mostrar otra
perspectiva de todo lo que afecta a las personas cuando sufren por amor.
Frecuentemente estas personas vagan por la vida buscando la felicidad, con la
esperanza de encontrar a otras personas que las hagan felices, sin sospechar
que, cuando las encuentran, éstas también buscan lo mismo y “cargamos en los hombros de nuestra pareja
o un tercero, la responsabilidad que es nuestra. Cada ser humano tiene que
encontrar la felicidad en uno mismo”.
Las
personas buscan ser felices en la vida, en cambio, muchas
veces creen que la culpa de su infelicidad es de su pareja, porque esperan que
ésta las haga felices, sin embargo muchas veces la otra parte también
espera lo mismo, “así comienzan las peleas y enojos que destruyen al amor”
opinó el profesional.
¿En qué radica su éxito con las
personas?
¿Se sienten identificadas con sus
palabras?
Nosotros muchas veces creemos que un psicólogo o un
terapeuta tienen todos los problemas resueltos y entonces sentimos cierta
admiración y deseo que lo que ellos sepan nos ayude. Es obvio que las personas
irán por la vida buscando algo que las oriente y que les muestre la salida. Muchas veces tenemos tanto sufrimiento que
no sabemos cómo dejar de sufrir, es natural que pensemos que alguien deberá
tener la respuesta. Vamos por la vida
buscando a alguien que nos haga felices, ese es el gran engaño que sentimos
cuando una pareja promete amor y no es serio, después vienen otras parejas que
hacen lo mismo, y nos queda un gran dolor en el corazón. Eso sucederá hasta que nos encontremos con
nosotros mismos, allí descubriremos que el verdadero amor es descubrir que
podemos amarnos y ser felices. En realidad es “si yo la amo, quiero que sea
feliz, pero si yo espero que me haga feliz ya no es amor”, se llama dependencia emocional, un
trastorno de la personalidad por dependencia.
El ser
humano, en sí mismo tiene todas las condiciones para ser feliz pero muchas veces cuesta. Uno
siempre dice “no quiero estar solo o quiero que me ame como lo amo”, entonces
se vuelve una relación dependiente,
de alguna manera nos sometemos a la otra persona y si algo le gusta me voy a
sentir muy feliz y si no, se acabó el mundo.
Por eso hay que diferenciar: el amor es la decisión de hacer feliz a la persona que deseo amar. Si decido que otro ser humano me llene,
provea o sea causante de mi felicidad, ese caso ya no es amor, sino trastorno
de la personalidad.
¿Cómo actúa la tecnología en las
relaciones?
Einstein lo dijo el siglo pasado: “va a llegar un
día en que la tecnología nos va aislar de la gente que tenemos a lado y nos va
a volver idiotas”. Hoy en día hay muchas
relaciones ficticias, con la tecnología es muy fácil ser una persona casi
perfecta, puedo hablar de amor del otro lado del mundo o del barrio, con
alguien que ni conozco y pensar que esa
persona es el ideal o que piense que soy increíble porque lo comprendo, lo
escucho y me río. Pero en el fondo puedo tener un interés y nada más. En
todo caso la situación cambia cuando se conocen en la realidad. Y puedo pensar
que “esa persona no era lo que yo creía”.
Incluso estas personas que comenzaron virtualmente,
luego permiten la infidelidad en la pareja: “el Whatsapp generó millones de divorcios, en los países del norte y
junto con Facebook se usan como causales de divorcio. La tecnología nos hizo más vulnerables,
un aparato que conoce todos nuestros secretos.
¿Se puede ser infiel a quien
se ama?
La
infidelidad tiene que ver con una cuestión de valores, no se trata de amar o no amar,
esa es una gran confusión que solemos tener. Creemos que si alguien ama no va a
ser infiel, pero en realidad la persona a la que le gusta ser infiel no tiene
la contextualización de que tienen que ver con el amor. La mayoría de las
personas van en busca del placer, la adrenalina que provoca el engaño
básicamente.
En este aspecto, la infidelidad se diferencia en
una cuestión de género.
Para la
mujer, la diferencia del sexo y amor casi no existe, si va a ser infiel y busca
relacionarse, es porque se siente carente emocionalmente. Su pareja de
alguna manera no le está haciendo caso, no es cariñoso y aparece alguien que sí
lo hace.
Para el
hombre es casi más placer sexual que tiene que ver con su libido, la producción
de testosterona, algo
más biológico que no tiene que ver tanto
con lo emocional.
¿Qué consejos daría a los jóvenes
que se inician en el amor?
“Sería bueno
que los padres hablaran con sus hijos, pero muchas veces no saben cómo hacerlo.
El enamoramiento no es igual que el amor,
al principio uno se enamora con locura y cree que el universo explotó y
descubrió el amor, pero en realidad esa etapa siempre se termina, es algo que
no nos explicaron.
La mayoría de los investigadores habla desde cero a tres años de enamorado, hay
locura, pasión, deseos y ganas, cuando esto se termina viene el momento de
comenzar a amar y generalmente los adolescentes y los jóvenes no están
preparados. Los padres deberían explicar
que enamorarse y amar no es la misma cosa.
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