SE
ORINÓ LOS PANTALONES
Un niño de nueve años está sentado en
su pupitre y, de repente, hay un charco a sus pies, y la parte de adelante de
sus pantalones está mojada.
Piensa que su corazón se va a detener
porque no puede imaginarse como esto le ha podido suceder. Nunca antes le había
pasado. Y sabe que cuando los niños se den cuenta se expondrá a las burlas de
todos. Cuando las niñas lleguen a enterarse, no volverán a hablarle mientras
viva...
El niño piensa que se va a morir de
la vergüenza. Por eso agacha la cabeza y dice esta oración: “Querido Dios, ¡esta
es una emergencia! ¡Necesito ayuda ahora! Dentro de cinco minutos estaré muerto
de vergüenza”.
Al levantar la cabeza después de su
oración, ve venir a la maestra hacia él con una mirada que pareciera haberlo descubierto.
Mientras la profesora camina hacia
él, una compañera de nombre Susie va cargando un pez dorado en un acuario lleno
de agua. Susie se tropieza frente a la profesora e, inexplicablemente, derrama
toda el agua en el regazo del muchacho.
El niño aparenta estar enojado, pero
al mismo tiempo está diciendo dentro de sí: “¡Gracias, Señor! ¡Gracias, Señor!
¡Gracias, Señor!”
Ahora, de repente, en lugar de ser
ridiculizado, el niño es objeto de simpatía. La profesora lo lleva rápidamente
abajo y le hace poner unos shorts de gimnasia mientras se secan sus pantalones.
Todos los otros niños están
arrodillados limpiando alrededor de su pupitre. La simpatía es maravillosa.
Pero como así es la vida, el ridículo que le habría tocado enfrentar al niño
ahora se centra en su compañera Susie. Ella trata de ayudar, pero le dicen que
se quite: -“¡Ya has hecho suficiente, 'torpe'!”.
Al final de la jornada, mientras
están esperando el bus, el niño se dirige a Susie y, en un murmullo le dice:
- “Lo hiciste a propósito, ¿verdad?”
Susie le responde, también en un
murmullo:
- “Yo también me oriné en los pantalones
una vez”.
* * * * * *
Que Dios
nos ayude a ver las numerosas oportunidades de hacer el bien que siempre están a
nuestro alrededor.
(San
Luis Orione)
Todos y
cada uno de nosotros pasa en la vida por momentos difíciles, del tipo que sean
y por los motivos que sea. Qué lindo encontrar personas que nos ayuden, nos
apoyen, nos escuchen. Porque a través de esas personas Dios nos está
demostrando lo mucho que nos ama.
Y qué gran responsabilidad que cada uno de
nosotros descubramos las numerosas oportunidades que tenemos de hacer el bien y
de hacer sentir a los demás lo mucho que Dios les ama.
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