ALEJANDRO MAGNO y ARISTÓTELES
Cuenta
la historia que en cierta ocasión a Alejandro Magno le preguntaron por qué a su
maestro Aristóteles le mostraba más estima y agradecimiento que a su mismo
padre, el rey Filipo.
Alejandro contestó: - “Porque Filipo, al darme
la vida, me hizo bajar del cielo a la tierra, mientras que Aristóteles, al
instruirme, me hizo subir de la tierra al cielo”.
Amigos maestros y profesores, catequistas y
educadores (padres o no): nuestros estudiantes, nuestros alumnos, nuestros hijos,
¿dirán lo mismo de nosotros?
Es fácil engendrar un hijo. Hasta sin intención se
puede hacer. Pero la misión queda ahí, y solo porque Dios quiere: “bajar del
cielo a la tierra”.
Y luego…
-
¿Nos empeñamos en ayudarles a subir de la
tierra al cielo?
-
¿Les
ayudamos a descubrir a Dios Padre que
los ama?
- ¿Les
mostramos que nuestra vida en la tierra es un camino que conduce al cielo?
- ¿Les
infundimos ideales y valores que motiven su vida?
- ¿Vivimos
nuestra vocación de educadores con la fidelidad y la responsabilidad que
implica?
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