Tu mayor tesoro
Cuentan que una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna
llena, mientras pensaba en su vida y reflexionaba…
" Si tuviera un auto nuevo, sería feliz".
" Si tuviera una casa grande, sería feliz".
" Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz".
" Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz".
En ese momento, tropezó con una bolsita llena de piedras y empezó a
tirarlas una por una al mar cada vez que decía en voz alta:
- "Sería feliz
si tuviera..."
Así continuó pensando en todo lo que no tenía y que por lo tanto impedía su
felicidad. De pronto se dio cuenta de que sólo le quedaba una piedrita en la
bolsa y la guardó en su bolsillo.
Al llegar a su casa y vaciarse los bolsillos vio que aquella piedrita era
un diamante muy valioso.
¿Te imaginas cuantos diamantes arrojó al mar sin apreciarlos?
REFLEXIÓN
Cuántos de nosotros nos pasamos la vida arrojando
nuestros preciosos tesoros, por estar esperando lo que creemos perfecto, o
soñando y deseando lo que no tenemos, sin darle valor a lo que tenemos y los
que tenemos cerca.
Mira a tu alrededor. Si te detienes a observar, te
darás cuenta cuán afortunado eres. Muy cerca de ti está tu felicidad y no le
has dado la oportunidad de demostrártelo.
Observa bien lo que tienes. Tal vez sea un diamante
valioso. En realidad, cada día es un diamante precioso, valioso e irremplazable.
Depende de ti aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para nunca más poder
recuperarlo.
Dame Señor, lo que tú sabes que me
conviene y que yo no sé pedir.
Dame un corazón alerta y un oído atento.
Dame un corazón alerta y un oído atento.
Activa mis manos y mi mente, para que
esté siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.
Ayúdame a valorar los “diamantes” que
cada día pones en mi vida.
Gracias, Señor, por todo lo que me das.
Gracias, Señor, por ser el mejor joyero
que existe, y adornar mi vida cada día con los “diamantes de tu amor”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario