Los
tres hijos y la herencia
Cuentan de un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y
les dijo:
- “Tengo
muy pocos bienes que repartir entre ustedes. No quisiera dividir en
tres partes lo que poseo. He pensado, si les parece, que todo lo
que poseo se lo voy a dar al que, de ustedes, se muestre más
hábil, más inteligente, más astuto, más sagaz.
Los
hijos se miraron y asintieron diciendo:
- Nos
parece muy bien.
El
padre les dijo:
- He
dejado encima de la mesa una moneda para cada uno de ustedes.
Tomadla. El que compre con esa moneda algo con lo que se puede
llenar esta habitación completamente se quedará con todo.
Los
tres hijos tomaron la moneda y se fueron.
El
primer hijo compró con ella paja, pero solo consiguió llenar la
habitación hasta la mitad.
El
tercer hijo solo compró un pequeño objeto: era una vela.
Este
último se quedó con la herencia del padre.
PARA
LA REFLEXIÓN
Dios
me ha dado una moneda que es mi vida. La herencia que Dios me ha
prometido, por suerte, es muy grande: la Vida Eterna. Y esa Vida
Eterna depende de como yo "invierto” la moneda que me ha dado:
MI VIDA.
Es
muy importante que yo sea consciente de qué estoy llenando mi vida.
Puedo llenarla de cosas que me ocupan espacio, tiempo, desgaste
personal, salud...
Es
importante llenarla de LUZ. Jesús quiere estar presente en mi vida
para iluminarlo todo. Quizás parezca que es inútil rezar, ir a
misa, confesarnos, celebrar los sacramentos. Pero sólo cuando
estamos a oscuras sentimos la necesidad de la luz.
Y tú, ¿de qué estás llenando tu vida?
ORACIÓN
Hola
Jesús, amigo, hermano, y Dios mío..
Quiero
dejarte vivir en mi corazón,
para
que puedas hacer de mí la mejor de las personas que yo pueda ser.
Una
vez dijiste que tus amigos son la luz del mundo.
Me
gusta eso de ser luz,
de
iluminar a todos los que me rodean con la luz de mi solidaridad,
para
hacer que los que están tristes vivan en una fiesta;
para
hacer que los que viven la oscuridad del rechazo,
disfruten
la luz y el calor de la compañía;
para
hacer que los que lo ven todo negro
lo
vean todo de color esperanza.
Quiero
decirte sí, Jesús.
Quiero
que vivas en mí,
porque
no me gusta la oscuridad,
la
oscuridad donde me encierra mi egoísmo,
la
oscuridad donde me atrapan mis enfados,
la
oscuridad donde me hunden mis caprichos,
la
oscuridad de tantas cosas malas de este mundo.
Quiero
decirte SÍ, Jesús,
para
que me llenes de tus luces de colores,
colores
de alegría, de esperanza, de vida.
Quiero
que me ayudes a sentir el calor de tu luz de amistad dentro de mí
porque
así podré ser para los demás tu luz y calor de amistad,
con
mi forma de obrar y actuar.
Así
podré ser luz de esperanza
para
los que me rodean cada día.
Amen !💡💥🔥
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