sábado, 4 de abril de 2020

CUANDO LAS PUERTAS SE ABRAN



CUANDO LAS PUERTAS SE ABRAN...
¿HABREMOS APRENDIDO?

Cuando las puertas se abran,
¿habremos aprendido…

a buscar el abrazo,
a agradecer por el amigo,
a compartir el café,
el beso y el sentido
de la hermosa compañía
de aquel que está conmigo?

Cuando las puertas se abran,
¿habremos aprendido...
a dejar la pantalla,
de imágenes sin sentido,
y ver el rostro alegre
del que conversa conmigo,
de aquel que es ignorado,
por estar sumergido,
en virtuales compañías
que de nada han servido?

Cuando las puertas se abran,
¿habremos aprendido...
que la maestra gana poco,
por explicar las tareas,
por comprender a mi niño;
de cuán importante son los valores
que él se lleva consigo,
en la pesada mochila;
de la poca atención que le brindo?

Cuando las puertas se abran,
¿habremos aprendido...
que el médico es un héroe
de bata y barbijo,
que entrega su vida
para salvar como un Cristo;
que aceptó este trago amargo,
entre salas y pasillos,
sin poder ver a los suyos,
porque vos y yo estemos vivos?

Cuanto las puertas se abran,
¿habremos aprendido...
que la misa es dispensario
del Pan, de Jesús vivo;
que lo dejamos de lado
por el fútbol del domingo,
por la plaza, los encuentros,
por el pariente que vino,
porque mañana ya es lunes
por el agitado ritmo que vivo?
Y hoy lo busco...
y me arrodillo ante la pantallita,
Y es irónico, te digo.
Cuando las puertas se abran...
espero, mi amigo,
que la lección de la vida
la hayamos aprendido.
Que la conciencia de todos,
es la llave del futuro,
y si crees, del destino.
Hoy, hoy quédate en tu casa,
Abrazalos a tus hijos...
por aquellos que no pueden,
y por los que fueron vencidos.
Hoy quédate en tu casa;
y pedile a Dios conmigo,
que cuando las puertas se abran,
algo hayamos aprendido.

Ruben Vega,
2° Año de la EScuela San Esteban,
Buenos Aires.


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