ROMPECABEZAS
Un científico, que vivía preocupado
con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para
aminorarlos...
Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
- "Como te gustan los
rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de
nadie".
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:
- “Papá, papá, ya hice todo, conseguí
terminarlo".
Al principio el padre no creyó en el
niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un
mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista
de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido
colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido
capaz?
-Hijito, tú no sabías cómo era el
mundo, ¿cómo lo lograste?
-Papá, -respondió el niño- yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo".
Gabriel García Márquez
Enseñanza:
“Para arreglar el mundo,
debemos empezar por
arreglar al hombre”.
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