CARTA DE EINSTEIN A SU HIJA:
El amor
Einstein escribió cerca de 12.300 cartas a lo largo
de su vida ,
distribuidas por todo el mundo, tanto a familiares como a amigos y compañeros
de trabajo. De acuerdo con Christoph Lehner, doctor del Instituto Max
Planck de la Historia de la Ciencia, la mayoría son accesibles a los
investigadores.
La autoría de esta carta que reproducimos a
continuación está en entredicho pero sea o no de Einstein es digna de ser leída
por la belleza de su contenido.
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy
pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la
humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.
Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo
que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo
suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la
que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una
fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de
cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por
nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.
Cuando los científicos buscaban una teoría
unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y
lo recibe.
El Amor es gravedad, porque hace que unas
personas se sientan atraídas por otras.
El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor
que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.
El amor revela y desvela.
Por amor se vive y se muere.
El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en
mayúsculas a la vida.
Ésta es la variable que hemos obviado durante
demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única
energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una
simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos
que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor
multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión
de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y
control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros,
es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía.
Si queremos que nuestra especie sobreviva, si
nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y
cada ser vivo que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar
una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio,
el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo
lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía
espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía
universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo
trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar
lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida.
Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón,
pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a
ti he llegado a la última respuesta!.
Tu padre: Albert Einstein
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