Carta de un sentenciado
Un hijo
escribió una conmovedora carta a su madre antes de ser ejecutado. Él mismo quiso
que llegara a todas las madres y padres de familia que, de una u otra forma,
están cayendo en el error de cubrir algunas faltas graves de sus hijos.
Las faltas
pueden parecer pequeñas, pero son como un cáncer silencioso y los resultados son
nefastos y se reflejan en el tiempo. Lo peor, es que las consecuencias, muchas
veces, son irreversibles.
Por eso
publico esta carta en AVÍO DEL ALMA. Para invitar a la reflexión… antes de que
sea demasiado tarde.
EL ÚLTIMO
DESEO…
Un joven,
horas antes de ser ejecutado como consecuencia de los errores y delitos
cometidos, mientras esperaba en su celda el fatídico momento de su muerte, pidió
como último deseo papel y lápiz para escribir una conmovedora carta.
Luego de
escribir por varios minutos, le dijo a su custodio con lágrimas en los ojos: - ‘‘Por
favor, entregue esta carta a mi madre’’.
La carta
decía así:
‘‘Madre,
creo que si hubiera más justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos ser ejecutados.
¡Tú eres
tan culpable como yo de mi miserable vida!
¿Te
acuerdas madre, cuando llevé a casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual
que yo?
Tú me
ayudaste a esconderla para que no se enterara papá.
¿Te acuerdas
madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina?
Fuiste
conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.
¿Te
acuerdas madre, cuando echaste a papá de casa porque me retó?
Él sólo me quiso corregir por haber robado el examen final de mi grado y a
consecuencia de eso me expulsaron del colegio.
¿Te
acuerdas madre querida, cuando no cumplía con las tareas de la escuela y tú en
lugar de exigirme me firmabas el Cuaderno de Comunicaciones, pero no acudías a
las citaciones?
Siempre
dejabas pasar por alto los llamados de atención de la maestra.
MADRE, YO
ERA SÓLO UN NIÑO. LUEGO FUI ADOLESCENTE Y AHORA UN HOMBRE ¡¡¡MAL FORMADO!!!
Era sólo un niño inocente que
necesitaba corrección, y no consentimiento.
Pero te
perdonó, y sólo te pido que le hagas llegar esta carta a todos los padres del
mundo. Que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre
decente, o a un vulgar delincuente.
Dios
bendiga a aquellas madres que se sienten orgullosas de haber formado hombres
útiles a la sociedad y no delincuentes a los que no les tiembla la mano para
arrancar vidas y robar lo que con tanto sudor y trabajo ganan los demás…
Gracias
madre por darme la vida y gracias también por ayudarme a perderla.
¡TU HIJO, EL DELINCUENTE!
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