martes, 30 de junio de 2015

DESPUÉS DE ALGÚN TIEMPO...

APRENDERÁS…
 

Después de algún tiempo…

Aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad…


Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas...

Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo…

Aprenderás que el sol quema si te expones demasiado...

Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas...

Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...

Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida…

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir…


Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía…

Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan, y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos…

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos...

Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar…

Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto…

Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges.

Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados…

Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...

Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.

Aprenderás que madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.

Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes, y sería una tragedia si lo creyese, porque le estarás quitando la esperanza…

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel…

Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ama con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben cómo demostrarlo…

Aprenderás que no siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo…

Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado…

Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió; el mundo no se detiene para que lo arregles…

Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores. Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar. Eres fuerte y podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más…

¡Realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla!




lunes, 22 de junio de 2015

EL ÁGUILA Y LA TORMENTA



¿Sabías que un águila sabe cuándo una tormenta se acerca, mucho antes de que empiece?
El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán. Cuando llega la tormenta, extiende sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.
El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta.
Cuando las tormentas de la vida nos vienen -y todos nosotros vamos a pasar por ello-, podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe en Dios.
Las tormentas no tienen que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia, y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.
Recuerda, no son los pesos de la vida que nos llevan hacia abajo, sino el cómo los manejamos.

       “Pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán sus alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."  (Isaías 40:31)


viernes, 12 de junio de 2015

LOS TRES MOSQUITOS

LOS TRES MOSQUITOS



 Tres mosquitos se mecían perezosamente en el viento, alrededor de un árbol, cuando se dieron cuenta que algo extraño ocurría. Es que un hombre que dormía debajo del árbol en torno al  cual volaban, tenía a pocos centímetros una serpiente venenosa con intención de morderlo.

 


Uno de los mosquitos, indiferente, se dijo:
-       “Le llegó la hora. No hay nada que hacer”.
Frente a la escena, éste era un mosquito espectador.

Otro mosquito, en cambio, se conmovió hondamente, y lloró por lo que irremediablemente ocurriría. Aterrado e impotente, esperó el desenlace fatal.
Era un mosquito lamentador.

Por último, el tercer mosquito se preguntó qué podía hacer, y  elaboró un plan. Descendió en picado hacia la nariz del hombre y le dio un fuerte picotazo.
El hombre, al reaccionar, se dio un fuerte manotazo en la picadura -matando al mosquito- e, inmediatamente pudo darse cuenta del peligro que corría con la serpiente, dando un salto y alejándose de ella.
Este mosquito, era un mosquito salvador.

Y tú, ¿a qué "tipo" de personas perteneces?


Reflexión

       Frente a la realidad, la vida, el país, tu pueblo, tu colegio, tus amigos, tu familia, tu esposo/a, tus hijos, tu capilla/parroquia, tu trabajo, tu curso, la pastoral, los grupos, la política, la corrupción, …, tú, ¿qué actitud tienes?


       ¿Eres un mosquito espectador,  lamentador o salvador? ¿Por qué?

jueves, 4 de junio de 2015

LA MARIPOSA AZUL





       Había un hombre que vivía con sus dos hijas. Las niñas eran curiosas e inteligentes y siempre hacían muchas preguntas. A veces el hombre sabía responder pero, otras veces, no tenía ni idea de la respuesta. Como pretendía ofrecerles la mejor educación, mandó las niñas de vacaciones a casa de un sabio que vivía en lo alto de la colina.
       El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ningún tipo de duda. Impacientes con el sabio, las niñas decidieron inventar una pregunta que él no pudiera responder.

       Así que un día una de ellas capturó una linda mariposa azul con la que pensaba engañar al sabio.


-    ¿Qué vas a hacer? - le preguntó su hermana.
-    Voy a esconder la mariposa entre mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta. Si él dice que está muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré. De esta manera, cualquiera que sea su respuesta, ¡será una respuesta equivocada!

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.
-    Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?
Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:
-“Depende de ti... Ella está en tus manos.”




REFLEXIÓN

Así es nuestra vida, nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie cuando algo falle: somos nosotros los únicos responsables por nuestros errores y por las malas decisiones. También somos los responsables de lo que conquistamos y logramos.
Tu vida está en tus manos. Dios nos la ha confiado como una mariposa azul que solo tú decides qué hacer con ella. Sería bueno que “por apretar tus manos”, mates la bella mariposa que Dios te dio, arruines tu vida, y encima le culpes a Dios de que “tu mariposa está muerta”.
Como ocurre con la mariposa azul, nosotros podemos elegir entre la Vida y la Muerte.

Tú decides. . .